miércoles, 16 de marzo de 2011

Cuando terminen los anuncios, te vas a la cama

Mi madre se educó en un colegio alemán. Es implica que yo de pequeña me duchaba a las 19.30h. cenaba a las 20h y me metía en la cama a las 20.30h.
Excepto en mi cumpleaños, navidades y días festivos, raramente veíamos la Tv (esa extraña caja cuadrada que estaba en la habitacíon prohibida: el salón)
Los fines de semana, veíamos películas toda la familia junta, tipo la tribu de los braidy, pero sin la sirviente Alice y menos rubios.


Aún hoy recuerdo a mi madre diciéndome: “Nena, cuando terminen los anucios, te vas a la cama” era una frase que mi madre me repetía frecuentemente, y a mi me parecía normal… cuando termine lo que más me gusta, me voy a dormir. Me parece un trato justo.
Normalmente me quedaba sóla en el sofá (inexplicablemente, mis hermanos y progenitores aprovechaban esos 10 min para ir al baño, hacer llamadas o reunirse en la cocina) así que yo quedaba alucinada con todos esos colores, canciones pegadizas (bi-bi-bitel) y cuadrados de colores que iban de mayor a menos… a-lu-ci-nan-te!!! En Navidad ya era brutal! los mituos de creatividad se multiplicaban, la plastelina se movía y los muñecos hablaban!!

Mi marido dice que tengo una tara cultural: no vi ni Marco, ni Heidi, ni casi ninguna película que marcaron a la generación de los 80, eso sí, me sé todos los slóganes de aquella época, recuerdo los anuncios de Cucal, y a las muñecas de Famosa caminando hacia el portal. Creo que a esa edad, ya me sentía publicista.




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