martes, 14 de junio de 2011

Prostitutas y juanetes

Ya avisé en su día que yo leo muchos blogs, pero nunca he sido capaz de ponerme a escribir uno... no sé porqué, pensaba que éste sería diferente... y una vez más me equivoqué.
Si sirve de algo, no hay día que no piense en una entrada para Tevendolaluna. Tengo mil temas en la cabeza, pero nunca me pongo de verdad, me gusta seguir a los otros, porque es una manera de meterme un poco en la vida de los demás, ya que alucino (me pasma, me asombra y me enamora) la capacidad de la gente para hacer cosas increíbles... a ver si me explico.
Es muy fácil juzgar a los que nos rodean, de hecho es algo que inconscientemente todo el mundo hace (aunque como es muy feo hacerlo, todos lo negamos). El caso es que la gente que menos te esperas hace cosas alucinantes. Hombres y mujeres que no habían llamado tu atención, son capaces de crear con sus manos obras de arte, de coserse su propia ropa, restaurar muebles o hacer lámparas con ruedas de coche.
Yo siempre he pensado que soy normal. Del montón. Soy incapaz de coser un botón, la cocina me odia y no destaco en ningún deporte. Puede que sea por eso que enganche a los que con un trozo de lana hacen unos zapatos para su bebé, y mejor aún que lo compartan con la gente... me emociona la capacidad de los que invierten su tiempo en compartir sus ideas o momentos personales con desconocidos como tú, como yo. hacen fotos del "paso a paso" de cómo hacer unos muffins o de cómo transformar una regadera en una lámpara de salón.
Bueno, espero que haya quedado claro el por qué leo los blogs de la gente...
El caso es que trabajo en una pequeña oficina en el casco antiguo de Palma, en pleno centro. Para ir a mi casa paso cada día por la puerta San Antonio, una de las zonas más curiosas de los alrededores, al menos para mi. En esa calle se juntan las prostitutas, los drogadictos y los chulos... Dicho así parece sacado de una película de terror, pero a mi me encanta, es más bien un escenario de Pedro Almodóvar... las casas de la zona tienen su encanto, son edificios venidos a menos como una actriz olvidada de Hollywood y las señoritas de compañía ya me saludan cada vez que paso. Supongo que a la hora que yo vuelvo a casa no es la "happy hour" precisamente, y aprovechan para hacer corrillos, comer sandía y ponerse al día.
Tengo que reconocer que disfruto escuchando a gente ajena... y con ellas, como entenderéis, por partida doble...
El caso es que ayer, una de las mujeres vestidas con botas blancas hasta la rodilla, y un corsé rosa, sentada en una silla tijera de esas que mi abuela lleva a la playa, le decía a su amiga: "uyy vaya juanete que tienes! leí en un blog que el mejor remedio casero es..."
Casi me paro en mitad de la calle para hacerle una foto con el Iphone. No pude evitar pensar en la cara que pondría la persona anónima que escribió el remedio de la abuela en su blog, si supiera lo útil que será para la morena de la sandía de la calle San Antonio de Palma. Y una vez más, me sorprendí por lo rápido que juzgamos a la gente. La señora de las botas blancas lee blogs, no lo hubiera dicho en la vida. Incluso puede que ella escriba alguno contando trucos de su oficio o anécdotas del mismo. Ojalá se lo hubiera preguntado. Seguro que sería uno de los que seguiría.

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